¿Y si la caída del sur fuera un plan preconcebido por Alemania?

¿Y si la caída del sur fuera un plan preconcebido por Alemania?

por Carlos Lopez

Asistimos perplejos a un sin fin de acontecimientos y noticias económicas que un día si y al otro también son valoradas, estudiadas, enjuiciadas, rebatidas, modificadas, etc, ya sea por políticos, economistas, sociólogos, gurús y otros atletas del pronóstico que sin embargo no consiguen entender que es lo que está pasando y cuales van a ser los próximos acontecimientos que vamos a vivir e Europa.
 
Los argumentos a los que normalmente se alude, están todos basados en criterios puramente macroeconómicos y a nadie se le ha ocurrido aún valorar los acontecimientos que nos acechan, bajo una perspectiva política y estratégica de más alto nivel.

Decía el militar prusiano Clausewitz aquella famosa frase de que “la guerra es la continuación de la política por otros medios”. Pues bien, quizá estemos ante una nueva época en la que a través de acontecimientos económicos, consigamos los mismos efectos que hace algunas décadas solo se conseguía con la política o con las guerras.

Me explicaré:

Alemania lleva a cabo su célebre “reunificación” durante los años 1989 y 1990, paralelamente a ese proceso la Unión Europea avanzaba en el establecimiento de una moneda única para Europa, un sueño en el que todos los países participaban de una u otra manera. El nombre de euro fue adoptado oficialmente el 16 de diciembre de 1995 sin embargo, el euro se introdujo en los mercados financieros mundiales como una moneda de cuenta el 1 de enero de 1999, reemplazando la antigua Unidad Monetaria Europea (ECU) en una proporción de 1:1.

De todos es sabido, que las condiciones económicas bajo las que se instauró el euro favorecían claramente a Alemania, y que el Euro se crea tomando como referencia el marco alemán. Asimismo, conviene recordar que para dicha reunificación alemana fue necesario mantener los tipos de interés extraordinariamente bajos durante mucho tiempo, lo que motivo las consabidas burbujas de algunos países que nos han llevado hasta los lúgubres lodos que ahora padecemos. Fue la reunificación de Alemania Oriental y Occidental, con un costo de 2 billones de dólares la causante en cierto modo de la situación actual. Un gran proyecto con una importante factura, pero que en última instancia hizo posible la prosperidad de la que Alemania goza hoy día. Sin embargo, sin el crecimiento económico de la mayor parte del resto de Europa, el resultado posiblemente no hubiese sido tan favorable. Por un motivo muy diferente, lo ocurrido estos últimos años ha beneficiado claramente a Alemania mucho más que a otros países de la zona euro.

Un Euro débil favorece a la exportación y un sistema europeo que no genera confianza, unas instituciones europeas incapaces de solucionar la crisis y en definitiva una moneda cuestionada y debilitada benefician más que a ningún otro país a Alemania que es el mayor exportador de la zona Euro.
Si bien, todo lo hasta ahora apuntado parece que no debería ser discutible pues nada nuevo se ha dicho, no parece razonable pensar que lo que ahora esta ocurriendo en Europa responda a una estrategia alemana solo para conseguir exportar más y financiarse más barato. Pero si embargo, como decía al principio de mi redacción, si nos elevamos a un punto más estratégico y analizamos lo que está ocurriendo en el mundo sin mirar solamente al ombligo de la vieja Europa quizá si podamos aventurarnos a vislumbrar una pretensión oculta de Alemania en lo que está pasando.

Intentaré explicarme:

Asistimos sin duda, al diseño de un nuevo orden mundial en el que el centro del mundo ya no es Europa, ni siquiera América, sino que Asia con sus miles de millones de habitantes y con su modelo cultural basado mas en las obligaciones que en los derechos, se ha erigido como nuevo abanderado del crecimiento, el desarrollo y la prosperidad en el mundo. Europa si embargo, con su modelo basado en la preservación de algunos obsoletos, injustos e inaplicables derechos, un absurdo e insostenible mal-llamado estado del bienestar y unas sociedades mal acostumbradas y poco preparadas para afrontar los tiempos que se avecinan, se asoma a un abismo tan inmenso como imparable por unas clases políticas y sindicales más propias de finales del XIX que del actual siglo XXI.

En ese contexto, en el que el dominio de Asia se hace cada vez más palpable, convive desgraciadamente en el tiempo la catarsis de la vieja Europa, endeudada, sin valores, viviendo como aquella burguesía inglesa que no renunciaba a disponer de mayordomo y servicio pero que luego no tenían ni para comer y necesitaban quemar los muebles para tener calefacción.

Que el modelo europeo se acaba, es una realidad y que para volver a ser lo que fuimos hace falta un profundo periodo de adaptación a la nueva realidad, es incontestable. Que asimismo, esa adaptación será aún más lenta en los países del sur, es algo que siendo español no me genera la más mínima duda. Por tanto, esperan a Europa en el mejor de los casos, mas de una década de sufrimiento, meditación y pérdida de poder y tengo la humilde sensación de que Alemania no está dispuesta a soportarlo.

No creo que Alemania se vaya a salir del euro por si misma pero si pienso que se ha puesto a tirar del pelotón, cual carrera ciclista y ha dicho, yo no voy a escaparme pero el que no me pueda seguir, se quedará descolgado y yo no pienso esperarle. O lo que es lo mismo, o haceis vuestras reformas por vosotros mismos y a la velocidad del sonido o yo no estoy dispuesto a quedarme descolgado del resto del mundo y si Europa se tiene que romper que se rompa. 

No concuerdo con aquellos que opinan que Alemania hará todo lo imposible antes de que el euro se rompa, más bien opino que Alemania tiene perfectamente estudiada su hoja de ruta y que prefiere pasar dos años malos antes de empezar a levantar cabeza con un marco sin duda revaluado respecto al Euro o lo que quede de él, que permanecer una década tirando del lastre latino (Grecia, España e Italia), sabedora de que sus sociedades no van a estar dispuestas a renunciar a todo a lo que se habían acostumbrado.

Creo sinceramente que Alemania ha dado por concluido el euro y además creo positivamente que la jugada le va a salir bien y dentro de unos años, Alemania será uno de los cinco grandes países a nivel mundial que responderá por si mismo y no necesitará malgastar su tiempo con los vecinos del sur. El Euro y Europa le habrán ayudado en su reunificación y ahora con la fortaleza que le da su economía y sus mas de 80 millones de habitantes dará inició a su IV Reich, esta vez si, por medio de la economía y no como decía Clausewitz por medio de la guerra.


Julio de 2012.

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